La elevación, ¿factor X en la Ciudad de México?

 La elevación, ¿factor X en la Ciudad de México?
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CIUDAD DE MÉXICO – Si crees que el Coors Field es un paraíso para los jonroneros—y lo es, sin duda, desde que el estadio de los Rockies de Colorado abrió sus puertas en Denver en 1995—el Estadio Alfredo Harp Helú podría llevar eso a otro nivel este fin de semana, con los primeros dos partidos de temporada regular de MLB jugados en la Ciudad de México el sábado y el domingo entre los Gigantes y los Padres.

En Denver, ciudad conocida por estar “a la altura de una milla del nivel de mar”, salen de cuadrangular con suma frecuencia los batazos elevados en el aire leve de Colorado, específicamente a 5,279 pies de altura. ¿Y la elevación en el Distrito Federal de México? De 7,349 pies.

Las dimensiones del Coors Field son las siguientes: 347 y 350 pies en los jardines izquierdo y derecho, respectivamente, con 375 y 350 pies de distancia en los bosques izquierdo y derecho. En la pradera central, la pared está a 415 pies del home plate.

En el Estadio Alfredo Harp Helú, son sólo 325 pies de distancia en los jardines izquierdo y derecho, con 400 en el bosque central. En otras palabras, podríamos ver mucho trueno este fin de semana entre San Francisco y San Diego en la Ciudad de México.

“Con la elevación, hay posibilidades de que se vean algunas bolas volando hacia afuera”, dijo el manager de los Padres, Bob Melvin. “Una cosa es Colorado, pero esto es más alto todavía. Buscaremos elevar la bola y sí, tenemos a algunos muchachos con poder. Es un buen parque para eso. Pero los Gigantes dan sus jonrones también, así que podría ir de un lado o de otro”.

Efectivamente, los Padres cuentan con nombres sonoros en cuanto al poder se refiere. Los dominicanos Juan José Soto, Manny Machado, Fernando Tatis Jr. y Nelson Cruz, más Xander Bogaerts, Trent Grisham y Matt Carpenter, son todos amenazas de sacar la bola en cualquier momento. Pero en realidad, son los Gigantes los que se han destacado más con el batazo largo hasta ahora en la temporada. San Francisco lleva 38 bambinazos a nivel colectivo en el 2023, cuarto en las Grandes Ligas. San Diego está en el 18vo lugar con 28.

Del lado de San Francisco, un poder balanceado con J.D. Davis, Mike Yastrzemski, los venezolanos Thairo Estrada y Wilmer Flores, Blake Sabol y Michael Conforto se ha encargado de aportar los jonrones.

El abridor de los Padres del sábado, Joe Musgrove, viene preparándose para su salida en la Ciudad de México con un programa especial de respiración y natación, con tal de combatir la elevación y maximizar su eficacia en estas condiciones.

«A nivel físico, he hecho muchas cosas con mi respiración”, afirmó el derecho, quien el viernes soltó el brazo en el Alfredo Harp Helú y dijo que “se sintió bien” con su material. “En cuanto a la actuación en sí, voy a salir a lanzar mi juego. Son muchas las cosas que pueden pasar por tu cabeza en cuanto a cómo debes lanzar en esta elevación, pero hay que tratar de no pitchar de manera muy diferente”.

De por vida en el Coors Field, Musgrove lleva efectividad de 4.50 en 18.0 entradas, con nueve carreras limpias y 21 hits permitidos… aunque uno solo ha sido cuadrangular.

“Va a ser otro partido, obviamente con un ambiente un poco diferente”, expresó el oriundo del sur de California.

Del lado de San Francisco, Sean Manaea abrirá en la lomita de los disparos. En su carrera, tiene promedio de carreras limpias de 4.79 en Denver, con 27 imparables y 11 carreras limpias concedidos en 20.2 episodios, incluyendo cuatro jonrones.

“Me imagino que será un poco como Colorado”, comentó Manaea. “Habrá que tratar de mantener la bola dentro del parque”.

De su parte, el abridor de los Gigantes para el domingo, Alex Cobb, afirma que el equipo y su instructor de rendimiento humano, Harvey Martin, le han suministrado algunos suplementos especiales para combatir la elevación en la capital mexicana.

“Definitivamente, hemos venido preparándonos para estos dos días aquí”, manifestó Cobb, quien tendrá como oponente monticular el domingo al japonés Yu Darvish. “Lo que hemos aprendido es lo que hemos encontrado en Colorado… y tal vez estemos esperando algo un poco peor”.

El piloto de los Gigantes, Gabe Kapler, ya ha ponderado el posible impacto de la elevación para estos partidos.

“No puede ser una de esas cosas que se meten demasiado en la cabeza de nuestros jugadores”, expreso el capataz. “Cuando vamos a Colorado, la pelota camina mucho. La meta siempre es lanzar en la zona, pero es más enfatizada ahora, porque no quieres corredores en las bases vía transferencia cuando la bola sale del parque. Va a pasar, pero quieres que pase con las bases limpias. Creo para los lanzadores, el estar en control de la acción es importante cuando llegan a lugares de grandes elevaciones”.


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Damilka Monegro

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