Las reacciones de los jugadores argentinos en redes luego de ser campeones
Una Argentina diferente golea a Croacia y es finalista
FIFA –
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Por primera vez en el torneo Argentina tuvo menos la pelota que su rival, pero fue muy efectivo apelando a fases de juego más directas.
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Aún con menos tenencia general, tuvo un mayor número de recepciones en el último tercio que en el promedio de los partidos anteriores.
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Julián Álvarez marcó por duplicado, pero además fue el futbolista argentino que realizó más presiones directas.
La versatilidad ha sido uno de los puntales en el ciclo de Lionel Scaloni al mando de la Selección argentina, y esta semifinal no ha sido la excepción. El entrenador nacido en Pujato, volvió a cambiar de nombres y de esquema respecto al partido anterior: sumo un cuarto volante para disputarle el medio a los experimentados volantes croatas, más Julián Álvarez como referencia de ataque y primer encargado de presionar la salida rival, junto la leyenda Lionel Messi siempre listo para desnivelar el partido. Argentina empezó con mejor manejo, pero fueron los croatas los que se hicieron con el control de la pelota cerca del minuto cinco y empezaron a jugar en el primer tercio defensivo de los sudamericanos, especialmente a partir de triangulaciones protagonizadas por Luka Modric, Mateo Kovacevic y Marcelo Brozovic. El dominio de la pelota se extendería a lo largo del partido: Croacia promedió 54% de posesión, a lo que se suma un 11.6% “en disputa”, dejando apenas un 34.4% de tenencia para la Argentina, que tuvo una media de 55.9% en sus cinco juegos anteriores en esta Copa Mundial de la FIFA.
Promediando la etapa inicial, uno de los diez line-breaks completados por Enzo Fernández dejó cara a cara a Julián Álvarez ante Dominik Livakovic, el jugador del Manchester City tocó sobre un costado del arquero croata que término cometiéndole penal. Messi lo transformó en la apertura del marcador para Argentina, y se convirtió en el primer futbolista de ese país que anota en octavos, cuartos y semifinales de una misma edición de la Copa Mundial de la FIFA. Croacia intensificó su control de la pelota y fue en busca del empate, mientras que Argentina apeló a fases de juego que había utilizado menos en los cinco partidos anteriores: pelotas largas, transiciones de ataque e incluso los contrataques les ganaron espacio a las tenencias más elaboradas. Fue precisamente en una contra, aún en el primer tiempo, que Julián Álvarez generó un hueco en el área rival primero y consiguió anotar el segundo gol argentina en la acción siguiente. Una corrida memorable con reminiscencias a los goles de Mario Alberto Kempes en la final de la Copa Mundial de la FIFA de 1978.
En el segundo tiempo, el libreto no cambió demasiado: Croacia tuvo el balón y Argentina las ocasiones más peligrosas. Los europeos buscaron con centros y remates de mayor distancia, mientras que los argentinos, a pesar de que registraron menos intentos que en el promedio de juegos anteriores (10 contra una media de 14,6), ganaban en profundidad cada vez que se lanzaban un ataque. En este esquema fueron importantes Enzo Fernández, Rodrigo De Paul y Alexis Mac Allister como nodos centrales de la circulación del balón argentino. A ellos se sumaban permanentemente los dos laterales, Nicolás Tagliafico y Nahuel Molina, como alternativas de pase, combinándose para 52 ofertas de recepción, de las cuales se completaron apenas 11, sin embargo, sus sprints (53 y 46 respectivamente) y su generosidad para pasar y mostrarse, hicieron mella sobre la defensa croata, abriendo espacios para los delanteros. La cantidad de recepciones en el último tercio fue el único registro de los indicadores “con posesión” donde los de Scaloni tuvieron un registro más alto que en su promedio en el torneo (121 contra 115.6). Un dato que debe revalorizarse a la luz de la menor tenencia que tuvo el actual campeón de América ante Croacia. En el segundo tiempo y tras una enorme jugada de Leo Messi, Julián Álvarez marcó su segundo gol en el juego y el tercero de su selección, convirtiéndose en el primer argentino, desde que Maradona lo hiciera ante Bélgica en las semifinales de México 1986, que anota dos goles en una semifinal de la Copa Mundial de la FIFA.
Para cerrar un partido más que completo, Julián Álvarez realizó 11 presiones directas, el máximo de un jugador de la Argentina junto a Leandro Paredes, y colaboró con 27 presiones indirectas, las mismas que, por ejemplo, Rodrigo De Paul. Argentina tuvo su partido más goleador en uno de los que menos intentos efectuó, se fue con el arco en cero en el juego que más remates enfrentó y no necesitó de un gran porcentaje de tenencia para ser profundo. Los datos también explican estas aparentes contradicciones, dando cuenta de las fases de juego empleadas, la efectividad y las variantes del equipo de Lionel Scaloni, que ante Croacia, con otra faceta clasificó a la Argentina a una nueva final (la segunda en las últimas tres ediciones) de la Copa Mundial de la FIFA.