Las reacciones de los jugadores argentinos en redes luego de ser campeones
Castillo aspira a mucho en su primer año completo en Seattle
MLB-
PEORIA, Arizona — Aunque el serpentinero dominicano Luis Castillo no participará en el Clásico Mundial de Béisbol, podría estar rumbo a una impresionante campaña con los Marineros. Y el derecho no ha ocultado cuáles son sus metas de cara al 2023.
“Ser el abridor del Día Inaugural. Ser convocado al Juego de Estrellas. Ganar el Cy Young”, señaló Castillo.
El diestro apodado “La Piedra” ponchó a dos y concedió una carrera sucia con dos imparables en dos episodios de la victoria de Seattle por 9-8 sobre los Guardianes en la Liga del Cactus esta semana. Su recta estuvo cerca de las 90 millas por hora, algo que la mayoría anticipa a estas alturas del año, y consiguió los dos abanicados con su slider.
Este último pitcheo se convirtió en una gran arma para Castillo la temporada pasada, para acompañar sus rectas de dos y cuatro costuras que se mueven a direcciones opuestas. El slider se ha convertido en su mejor lanzamiento secundario, luego de que irrumpiera en las Mayores en el 2017. Además, cuenta con un excelente cambio.
“Un cambio dominante”, recalcó el piloto de los Marineros, Scott Servais. “Y por supuesto, los bateadores hacen sus ajustes, ya que saben que eso es gran parte de su repertorio, el cambio en la parte baja de la zona de strike. Entonces, vimos que el año pasado muchos de sus ponches llegaron por medio de la recta que elevó desde el mismo ángulo del brazo, junto al slider. Ese último pitcheo es bastante importante para volver a ponerse arriba en la cuenta contra los bateadores zurdos”.
Otro ajuste de Castillo fue eliminar un ligero movimiento de rodilla que hacía mientras lanzaba con corredores en base, debido a que ahora será un balk.
“Me gustaba mucho”, declaró Castillo. “Lo extraño un poco porque cuando lo hacía, me ayudaba a remangarme un poco, lo que también me facilitaba sentirme más libre en los brazos”.
Lo que el quisqueyano contribuyó en menos de tres meses el año pasado tiene a la escuadra de Seattle ansiosa por ver qué clase de producción tendrá en una campaña completa. Castillo, para algunos, fue uno de los que marcaron la mayor diferencia después de un traspaso impactante el año pasado — especialmente por su épico desempeño en la postemporada.
Castillo blanqueó a la potente ofensiva de los Azulejos como visitante en el Juego 1 de la Serie del Comodín de la Liga Americana y repitió su éxito con siete entradas brillantes en el Juego 2 de la Serie Divisional de la Liga Americana, opacadas por un hit y un jonrón en la eventual derrota. También asombró en partidos de gran importancia en la recta final–empezando con su debut con los Marineros ante los Yankees–cuando generó comparaciones con uno de los íconos de la franquicia de Seattle, el venezolano Félix Hernández.
“Fue una experiencia inolvidable”, dijo Castillo. “Había pasado un buen tiempo desde que este equipo estaba en los playoffs. Lo que me llamó más la atención fue el trabajo que todos hicieron antes, tanto los jugadores como los coaches. Todos trabajaron fuerte para llegar así de lejos”.
Pero incluso antes de esos grandes momentos en octubre, Castillo rápidamente se sintió como en casa en Seattle — lo suficiente para firmar una extensión de cinco años y US$108 millones en septiembre pasado, pacto que llega hasta el 2027 y podría incluir una sexta temporada por US$25 millones si lanza al menos 180 episodios en el 2027. Si no lo hubieran asegurado, Castillo estaría rumbo a la agencia libre después de la campaña del 2023.
“Sabes que es un negocio y puede que un día estés en un lugar y poco después en otro”, explicó Castillo. “Pero cuando llegué aquí, me sentí muy cómodo. Me sentí cómodo incluso con todo el talento que teníamos. Sabía que quería quedarme”.
En 11 aperturas después del canje, Castillo registró efectividad de 3.17, EFE+ de 117 (el promedio de la liga es 100), 77 ponches, 17 boletos otorgados y seis cuadrangulares concedidos en 65.1 innings, controlando a sus oponentes a una línea ofensiva de .226/.286/.350 (OPS de .636).
“Sabíamos que era competitivo y todas nuestras evaluaciones indicaban que a este muchacho le gustaba estar en los momentos apremiantes”, indicó Servais. “Pero no estuvimos en tantas situaciones así antes. Fue fenomenal desde que se puso nuestro uniforme en el Yankee Stadium, hasta el final. Simplemente maravilloso”.