Arabia Saudí-Argentina, protagonistas de un legado histórico en la Copa FIFA Confederaciones
FIFA –
Argentina y Arabia Saudí repetirán un duelo que en 1997 fue fundacional para uno de los certámenes más apasionantes del calendario de Selecciones.
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Argentina venció por 3-1 al país anfitrión para llevarse el título inaugural en Riad
Entre 1997 y 2017, la Copa FIFA Confederaciones constituyó un jugoso aperitivo para la Copa Mundial de la FIFA™ del año siguiente, reuniendo cada cuatro años a las selecciones campeonas de cada continente. Pero los orígenes de ese certamen se remontan más atrás, a una competición eliminatoria para cuatro selecciones que organizó Arabia Saudí en 1992, con el nombre de Copa Rey Fahd.
En esa edición inaugural participaron el país anfitrión, Arabia Saudí, que entonces era la vigente campeona de Asia, y los campeones de otros tres continentes: Estados Unidos (Norte, Centroamérica y el Caribe), Costa de Marfil (África) y Argentina (Sudamérica). Argentina, a las órdenes de Alfio Basile, venía de ganar la Copa América 1991 en Chile, y tenía en sus filas al cotizado joven delantero Gabriel Batistuta.
Por su parte, Arabia Saudí era la potencia dominante en el fútbol asiático, tras haber ganado dos Copas Asiáticas seguidas en 1984 y 1988. La Copa Rey Fahd era una oportunidad inmejorable para que los Halcones Verdes se preparasen para la Copa Asiática de Japón 1992, cuyo comienzo estaba programado nueve días después de la final del cuadrangular en tierras saudíes.
La plantilla repleta de estrellas de Argentina gozó de una cálida bienvenida a su llegada a Riad. Batistuta, que a sus 23 años estaba iniciando su segunda temporada en el Fiorentina italiano, no perdió el tiempo a la hora de exhibir sus dotes goleadoras en el Estadio Internacional Rey Fahd.
Batigol marcó sus goles 11º y 12º como internacional en los diez minutos iniciales del primer partido de Argentina contra Costa de Marfil, antes de que Ricardo Altamirano y Beto Acosta aportasen otro tanto cada uno tras el descanso para que la Albiceleste se plantase cómodamente en la final (4-0).
Estados Unidos, entrenado por Bora Milutinovic, viajó a Arabia Saudí dos años antes de albergar la Copa Mundial de la FIFA 1994, y lo pasó mal contra los locales y un público de 70.000 espectadores. Las Barras y Estrellas consiguieron mantener a raya a la campeona asiática durante el primer tiempo, pero sucumbieron ante la presión en el segundo, cuando los goles de Fahad Al Harifi, Youssef Al Thunayan y Khaled Massad metieron al combinado anfitrión en la final.
El ambiente para la final en el Estadio Rey Fahd no era distinto al de un Mundial. Y aunque los aficionados de verde y blanco dominaban claramente en las gradas, hubo aplausos después de que Diego Simeone –quien lucía la mítica camiseta número 10 que hizo famosa Diego Armando Maradona– asistiese a Leo Rodríguez en el minuto 18 para que abriese el marcador desde la frontal del área.
Cuando Claudio Caniggia amplió la ventaja seis minutos después, los hinchas locales se temieron lo peor. Tras controlar hábilmente el balón dentro del área después de recibir un pase preciso desde la banda derecha, Caniggia tuvo tiempo para girarse y batir con un potente disparo raso desde unos 10 metros al arquero Saud Al Otaibi. Sin embargo, los saudíes se negaron a venirse abajo, y repelieron valientemente el aluvión de ataques de los hombres de Basile.
La resistencia de la selección anfitriona solamente volvió a ser vencida en el minuto 64, cuando un disparo de Batistuta lo rechazó el poste y el balón le llegó a Simeone, cuyo remate a bocajarro botó poco después de la línea de gol tras pegar en la parte baja del larguero, antes de volver a rebotar en el travesaño y llegar al fondo de las mallas.
Aunque por entonces era un relativo desconocido, el número 7 saudí, Saeed Al Owairan, empezó a labrarse un nombre acortando distancias con un disparo desde unos 30 metros que el normalmente seguro Sergio Goycochea dejó que se le colara entre los dedos. Si bien los saudíes acabaron perdiendo por 3-1, la Copa Rey Fahd 1992 dejó un legado duradero en el país, ya que los Halcones Verdes participaron en las tres siguientes ediciones del certamen: como anfitriones en 1995 y 1997, y como campeones asiáticos en México 1999, tras haber conquistado su tercer título continental en EAU 1996.