Johan y Cooperstown: “Tuve una gran carrera”
Johan y Cooperstown: “Tuve una gran carrera”
MINNEAPOLIS – Ha sido un receso de temporada importante para la historia de los Mellizos. Lo que para muchos eran un par de injusticias finalmente han sido resueltas, con la exaltación al Salón de la Fama del cubano Tony Oliva y Jim Kaat vía el Comité de la Era Dorada, décadas después de salir de la boleta de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA).
De todas maneras, no todo está resuelto. No cuando el que quizás haya sido el mejor lanzador en la historia del club – quien además tiene buenos argumentos para decir que fue el mejor del béisbol durante su tope – sigue estando fuera de Cooperstown, al salir de la boleta de la BBWAA tras su primer año de elegibilidad.
Cuando el venezolano Johan Santana fue elegible para ingresar al Salón de la Fama en el 2018, fue seleccionado por el 2.4% de los votantes, menos de la mitad de lo requerido para continuar un segundo año. Pero, como quedó demostrado por Oliva y Kaat a principios de este mes, eso no define el final de la historia. ¿Habrá cambiado la mentalidad de Santana sobre la posibilidad de que, tal vez, algún también llegue a Cooperstown?
“Lo que pienso es que estoy muy feliz por Tony O y Kim Kaat”, mencionó el venezolano. “Tony O tuvo su oportunidad tras muchos años, cuando todavía está vivo. Merece estar ahí”.“Yo gané con los Mellizos. Eso es lo único que sé”, añadió. “Estoy muy orgulloso. Si tengo la oportunidad, será genial. Si no, es algo que no estará en mí. Tuve una gran carrera. Hice a muchas personas orgullosas y estoy contento por ello. Si logras algo como esto e ingresas al Salón de la Fama, será genial. Pero lo que pude conseguir por mi país y mi familia habla por sí solo”.
Lo que llevó a Kaat a Cooperstown fue más lo largo de una carrera no tan dominante como consistente de 25 temporadas. El caso de Santana es lo opuesto.
La carrera del oriundo de Tovar fue acortada por los problemas en el brazo, tras 12 campañas y 2,025.2 innings, evitando que alcanzara la marca de los 2,000 ponches y los 200 victorias—números que hubiesen sido vistas como credenciales necesarias para Cooperstown. No lanzó más allá de su temporada con 33 años.
El caso para Santana descansa en su tope – y lo dominante que fue entre el 2004 y el 2008. Ganó el Premio Cy Young de la Liga Americana en el 2004 y el 2006 y terminó entre los cinco mejores en las votaciones para cada una de las campañas en ese período. Consiguió la Triple Corona de pitcheo en el 2006, algo que sólo han logrado dos lanzadores en la Americana desde entonces. Fue parte crucial del éxito de Minnesota entre el 2002 y el 2006, cuando el club ganó cuatro títulos de la División Central de la Americana en cinco años.
De todas maneras, la campaña del 2005 es de la que suele hablarse más, debido a que no ganó el Cy Young tras terminar en el tercer lugar por detrás del dominicano Bartolo Colón y el panameño Mariano Rivera, a pesar de tener mejor efectividad (2.87 por 3.48) y más ponches (238 por 157) que Colón, además de arrasar con 7.2 Victorias por Encima del Reemplazo (WAR).
Si Santana hubiese ganado el premio de ese año, sus tres totales lo hubiese convertido en uno de 11 lanzadores en la historia de las Ligas Americana y Nacional que han ganado al menos tres Premios Cy Young. De ese grupo, el único que no está en el Salón es Roger Clemens.
“Siempre me hacen esa pregunta: ‘¿Cómo te sientes sobre el 2005?’” confesó Santana. “‘¿A qué te refieres?’ ‘Mereciste ganar el Cy Young’. Bueno, merecerlo es una cosa y ganarlo es otra. Ni siquiera quedé de segundo, así que deberían preguntarle eso al segundo lugar. Yo quedé de tercero”.
Por eso, según Santana, ahora siempre se pregunta por el criterio a la hora de elegir un premio. ¿Debería ser el más dominante? ¿El que haya ganado más? ¿O quien ponchó más? De ese año, sólo recuerda que quería demostrarle a todo el mundo que lo del 2004 no fue casualidad.
Pero cuando se requiere una amplia cantidad de votos, el resultado siempre será subjetivo, con cada votante basándose en su opinión personal. De manera similar ocurre con la elección del Salón de la Fama, que podría basarse en una simple interrogante: “¿Merece estar en el Salón de la Fama?”
“Podría alguien merecerlo, para ti. Pero para otros, no”, dijo Santana. “Así es. A veces te dicen: ‘Para mí, sólo dos merecen estar en el Salón de la Fama’, pero para otros se trata de: ‘Todavía no votaré por él. Lo haré esperar. Lo haré sufrir’. ¿Qué dices? Así me han hablado algunos cronistas. ¿Por qué dicen eso? Creo que no está bien. Es un sí o un no”.
Aunque ya es muy tarde para cambiar eso, Oliva y Kaat ahora sirven de ejemplo de que con el pasar del tiempo, las carreras pueden ser reevaluadas de forma más ligera y por un grupo diferente. Si Santana obtiene esa oportunidad, probablemente sea en décadas. Aunque ha pasado la página por ahora, sigue esperando por lo que vendrá luego.
“Créeme, cada vez que salté al terreno dejé todo lo que tenía en mí”, comentó Santana. “Estoy orgulloso de todo lo que pude lograr. Pero no está en mí. Como ya dije, estoy muy feliz con que, después de tantos años, Tony pudiera ingresar y que esté vivo para disfrutarlo. Es así, cambiamos de un capítulo hacia otro”.
“No sé qué vaya a pasar. No sé lo que depara el futuro. No sé cómo lo irán a ver en el futuro, cuando revisen todo lo que está pasando ahora en el béisbol. Ya sabremos. Habrá muchas injusticias en el béisbol y no estoy hablando de mí. Hablo por todos los que, en algún momento, estarán en una situación así”.